1. No esperaré ni un solo día más para encontrar los tesoros que mi Padre me ofrece. 2Todas las ilusiones son vanas, y los sueños desaparecen incluso a medida que se van tejiendo con pensamientos basados en percepciones falsas. 3No dejes que hoy vuelva a aceptar regalos tan míseros. 4La Voz de Dios les ofrece Su paz a todos los que escuchan y eligen seguirlo. 5Esto es lo que elijo hoy. 6Y así, voy en busca de los tesoros que Dios me ha dado.
2. Busco sólo lo eterno. 2Pues Tu Hijo no podría sentirse satisfecho con menos de eso. 3¿Qué otra cosa, entonces, podría brindarle solaz, sino lo que Tú le ofreces a su desconcertada mente y a su atemorizado corazón, a fin de proporcionarle certeza y traerle paz? 4Hoy quiero contemplar a mi hermano sin mancha alguna de pecado en él. 5Eso es lo que Tu Voluntad dispone que yo haga, pues así es como podré contemplar mi propia impecabilidad.
1. El conflicto debe ser resuelto. 2Si se quiere escapar de él, no debe evadirse, ignorarse, negarse, encubrirse, verse en otra parte, llamarse por otro nombre u ocultarse mediante cualquier clase de engaños. 3Tiene que verse exactamente como es, allí donde se cree que está, y tiene que verse también la realidad que se le ha otorgado y el propósito que le ha asignado la mente. 4Pues sólo entonces se desmantelan sus defensas y la verdad puede arrojar su luz sobre él según desaparece.
2. Padre, el perdón es la luz que Tú elegiste para que desvaneciese todo conflicto y toda duda, y para que alumbrase el camino que nos lleva de regreso a Ti. 2Ninguna otra luz puede dar fin a nuestro sueño malvado. 3Ninguna otra luz puede salvar al mundo. 4Pues dicha luz es lo único que jamás ha de fallar, ya que es el regalo que le has hecho a Tu Hijo bienamado.
TEXTO
III. Los testigos de Dios
1. No condenes a tu salvador porque él crea ser un cuerpo. 2Pues más allá de sus sueños se encuentra su realidad. 3Pero antes de que él pueda recordar lo que es, tiene que aprender que es un salvador. 4Y tiene que salvar a todo aquel que quiera ser salvado. 5Su felicidad depende de que te salve a ti. 6Pues, ¿quién puede ser un salvador sino aquel que brinda salvación? 7De este modo aprende que la salvación es algo que él tiene que ofrecer. 8Pues a menos que se la conceda a otro no sabrá que dispone de ella, ya que dar es la prueba de que se tiene. 9Esto no lo pueden entender aquellos que creen que con su fuerza pueden menoscabar a Dios. 10Pues, ¿quién podría dar lo que no tiene? a¿Y quién podría perder al dar aquello que, por el hecho de darlo, no puede sino aumentar?
2. ¿Crees acaso que el Padre perdió Su Ser cuando te creó? 2¿Crees que se debilitó por haber compartido Su Amor? 3¿Se vio acaso menoscabada Su plenitud debido a tu perfección? 4¿O eres tú la prueba de Su plenitud y perfección? 5No niegues Su testigo en el sueño que Su Hijo prefiere a su propia realidad. 6Su Hijo tiene que ser el salvador del sueño al que dio lugar, para poder así liberarse de él. 7Tiene
que ver a otro no como un cuerpo, sino como uno con él, sin la muralla
que el mundo ha construido para mantener separadas todas las cosas
vivientes que no saben que viven.
3. En
el sueño de cuerpos y muerte aún puede vislumbrarse un atisbo de verdad
que tal vez no es más que una pequeña chispa, un espacio de luz creado
en la oscuridad donde Dios refulge todavía. 2Tú no puedes despertarte a ti mismo. 3No obstante, puedes permitir que se te despierte. 4Puedes pasar por alto los sueños de tu hermano. 5Puedes perdonarle sus ilusiones tan perfectamente, que él se convierte en el que te salva de tus sueños. 6Y al
verlo brillar en el espacio de luz donde Dios mora dentro de la
oscuridad, verás que Dios Mismo se encuentra allí donde está su cuerpo. 7Ante esta luz el cuerpo desaparece, de la misma manera en que las sombras densas ceden ante la luz. 8La oscuridad no puede decidir que el cuerpo siga presente. 9La llegada de la luz supone su desaparición. 10Verás
entonces a tu hermano en la gloria, y entenderás qué es lo que
realmente llena la brecha que por tanto tiempo pensaste que os mantenía
separados. 11Ahí, en lugar de ella, el testigo de Dios ha trazado el dulce camino de la bondad para que el Hijo de Dios lo recorra. 12A todo aquel que perdonas se le concede el poder de perdonarte a ti tus ilusiones. 13Mediante tu regalo de libertad te liberas tú.
4. Hazte a un lado y deja pasar al amor, el cual tú no creaste, pero sí puedes extender. 2En la tierra eso quiere decir perdonar a tu hermano, para que las tinieblas desaparezcan de tu mente. 3Una
vez que la luz haya llegado hasta tu hermano a través de tu perdón, él
no se olvidará de su salvador ni lo dejará sin absolver. 4Pues
fue en tu rostro donde vio la luz que quiere mantener a su lado, a
medida que camina a través de las tinieblas hacia la Luz eterna.
5. ¡Cuán santo debes ser tú para que el Hijo de Dios pueda ser tu salvador en medio de sueños de desolación y de desastres! 2Observa
cuán deseoso llega, apartando las densas sombras que lo mantenían
oculto, para poder brillar sobre ti lleno de gratitud y amor. 3Él es él mismo, pero no él mismo solo. 4Y
de la misma manera en que su Padre no perdió parte de él al crearte a
ti, así la luz en él es aún más brillante por tú haberle dado tu luz
para salvarlo de las tinieblas. 5Y ahora la luz en ti tiene que ser tan brillante como la que refulge en él. 6Ésta
es la chispa que brilla en el sueño: que tú puedes ayudarle a
despertar, y estar seguro de que sus ojos despiertos se posarán sobre
ti. 7Y con su feliz salvación, te salvas tú.
1. El ego forja ilusiones. 2La verdad desvanece sus sueños malvados con el brillo de su fulgor. 3La verdad nunca ataca. 4Sencillamente es. 5Y por medio de su presencia se retira a la mente de las fantasías, y así ésta despierta a lo real. 6El perdón invita a esta presencia a que entre, y a que ocupe el lugar que le corresponde en la mente. 7Sin el perdón, la mente se encuentra encadenada, creyendo en su propia futilidad. 8Mas con el perdón, la luz brilla a través del sueño de tinieblas, ofreciéndole esperanzas y proporcionándole los medios para que tome conciencia de la libertad que es su herencia.
2. Hoy no queremos volver a aprisionar al mundo. 2El miedo lo mantiene aprisionado. 3Mas Tu Amor nos ha proporcionado los medios para liberarlo. 4Padre, queremos liberarlo ahora. 5Pues cuando ofrecemos libertad se nos concede a nosotros. 6Y no queremos seguir presos cuando Tú nos ofreces la libertad.
TEXTO
II. La llegada del Invitado
1. ¿Cómo no ibas a percibir como liberación del sufrimiento el darte cuenta de que eres libre? 2¿Por qué no habrías de aclamar a la verdad en vez de considerarla un enemigo? 3¿Por
qué razón te parece arduo, escabroso y demasiado difícil de seguir una
senda que es fácil y que está tan claramente marcada que es imposible
perderse? 4¿No será acaso porque consideras que es el camino
al infierno en vez de una manera sencilla de encontrarte en el Cielo y
en Dios que no exige ni sacrificios ni pérdidas? 5Mientras no
te des cuenta de que no renuncias a nada y de que es imposible perder,
habrá veces en que te arrepentirás de haber elegido este camino. 6Y no verás los muchos beneficios que tu decisión te ha aportado. 7No obstante, aunque tú no los veas, están ahí. 8Su causa ya los produjo, y los efectos tienen que estar allí donde su causa ha hecho acto de presencia.
2. Has aceptado la causa de la curación. aPor lo tanto, debes haber sanado. 2Y al haber sanado, debes ahora también poseer el poder de sanar. 3El milagro no es un incidente aislado que ocurre de repente como si se tratase de un efecto sin causa. 4Ni tampoco es en sí una causa. 5Pero allí donde está su causa, allí tiene que estar el milagro. 6Ahora ha sido causado, aunque aún no se perciba. 7Y sus efectos se encuentran ahí, aunque aún no se vean. 8Mira
dentro de ti ahora, y no verás motivo alguno para estar arrepentido,
sino razones para sentir un gran regocijo y para abrigar esperanzas de
paz.
3. Todo esfuerzo de encontrar esperanzas de paz en un campo de batalla ha sido en vano. 2Ha
sido fútil pedirle a lo que se concibió precisamente para que
perpetuase el pecado y el dolor que te ayude a escapar de ellos. 3Pues el dolor y el pecado son la misma ilusión, tal como el odio y el miedo, y el ataque y la culpabilidad son uno. 4Allí donde no tienen causa, sus efectos desaparecen, y el amor llega dondequiera que ellos no estén. 5¿Por qué no estás contento? 6Te
has librado del dolor y de la enfermedad, de la aflicción y de la
pérdida, así como de todos los efectos del odio y del ataque. 7El dolor ya no es tu amigo ni la culpabilidad tu dios. aPor lo tanto, dale la bienvenida a los efectos del amor.
4. Tu Invitado ha llegado. 2Tú lo invitaste y Él vino. 3No lo oíste entrar porque la bienvenida que le diste no fue total. 4Sus dones, no obstante, llegaron con Él. 5Él los ha depositado a tus pies, y ahora te pide que los contemples y los consideres tuyos. 6Él necesita tu ayuda para dárselos a todos los que caminan por su cuenta, creyendo estar solos y separados. 7Ellos
sanarán cuando tú aceptes tus dones, pues tu Invitado le dará la
bienvenida a todo aquel cuyos pies hayan tocado la tierra santa que tú
pisas y donde Él ha puesto Sus dones a su disposición.
5. No te das cuenta de cuánto puedes dar ahora como resultado de todo lo que has recibido. 2No obstante, Aquel que vino sólo está a la espera de que vayas allí adonde lo invitaste. 3No hay ningún otro lugar donde Él pueda encontrarse con Su anfitrión o Su anfitrión con Él. 4Ni
tampoco hay ningún otro lugar donde se puedan obtener Sus dones de paz y
dicha, así como toda la felicidad que brinda Su Presencia. 5Pues Sus dones se hallan allí donde se encuentra Aquel que los trajo Consigo para dártelos. 6No puedes ver a tu Invitado, pero puedes ver los dones que trajo. 7Y cuando los contemples, aceptarás que Él debe estar ahí. 8Pues lo que ahora puedes hacer no podrías haberlo hecho sin el amor y la gracia que emanan de Su Presencia.
6. Ésta es la promesa del Dios viviente: que Su Hijo viva, que toda criatura viviente forme parte de él y que nada más viva. 2Aquello
a lo que tú has dado "vida" no está vivo, y sólo simboliza tu deseo de
vivir separado de la vida, de estar. vivo en la muerte, y de percibir a
ésta como si fuese la vida, y al vivir, como la muerte. 3Aquí las confusiones se suceden una tras otra, pues este mundo se basa en la confusión y en nada más. 4Su base es inmutable, si bien parece estar cambiando continuamente. 5Mas ¿qué podría ser eso, sino lo que realmente significa el estado de confusión? 6Para
los que están confundidos la estabilidad no tiene sentido, y la
variación y el cambio se convierten en la ley por la que rigen sus
vidas.
7. El cuerpo no cambia. 2Representa el sueño más amplio de que el cambio es posible. 3Cambiar es alcanzar un estado distinto de aquel en el que antes te encontrabas. 4En la inmortalidad no hay cambios, y en el Cielo se desconocen. 5Aquí
en la tierra, no obstante, los cambios tienen un doble propósito, pues
se pueden utilizar para enseñar cosas contradictorias. 6Y esas cosas son un reflejo del maestro que las enseña. 7El
cuerpo puede parecer cambiar con el tiempo, debido a las enfermedades o
al estado de salud, o a eventos que parecen alterarlo. 8Mas esto sólo significa que la mente aún no ha cambiado de parecer con respecto a cuál es el propósito del cuerpo.
8. La enfermedad es la exigencia de que el cuerpo sea lo que no es. 2Su insustancialidad, no obstante, garantiza que no puede enfermar. 3En tu exigencia de que sea más de lo que es radica la idea de la enfermedad. 4Pues dicha exigencia requiere que Dios sea menos de lo que realmente es. 5¿Qué va a ser de ti, entonces, si es a ti a quien se le exige el sacrificio? 6Pues a Dios se le informa que parte de Él ya no le pertenece. 7Y
a Él no le queda otro remedio ahora que sacrificar tu ser y, como
resultado de Su sacrificio, tú te engrandeces y Él se empequeñece al
perderte a ti. 8Y lo que ya no le pertenece, se convierte en tu dios y te impide ser parte de Él.
9. El cuerpo al que se le pide ser un dios es vulnerable al ataque, ya que su insustancialidad no se reconoce. 2Y así, parece ser algo con poder propio. 3Al ser algo, se puede percibir, y también se puede pensar que siente y actúa, y que te tiene prisionero en su puño. 4Y puede que no llegue a ser lo que le exigiste que fuese. 5Y lo
odiarás por su insignificancia, sin darte cuenta de que el fracaso no
se debe a que sea menos de lo que tú crees que debe ser, sino sólo a que
no te has dado cuenta de que no es nada. 6No obstante, en el hecho mismo de que no es nada reside tu salvación, de la cual quieres huir.
10. En
cuanto que "algo", se le pide al cuerpo que sea el enemigo de Dios, y
que reemplace lo que Dios es con pequeñez, limitaciones y desesperanza.
2Es Su pérdida lo que celebras cuando consideras al cuerpo algo que amas o algo que odias. 3Pues
si Dios es la Suma de todo, entonces lo que no está en Él no existe, y
en Su compleción radica la insustancialidad del cuerpo. 4Tu salvador no ha muerto ni tampoco mora en lo que se edificó para ser un templo a la muerte. 5Él vive en Dios, y esto, y sólo esto, es lo que lo convierte en tu salvador. 6La insustancialidad de su cuerpo libera al tuyo de la enfermedad y de la muerte. 7Pues lo que te pertenece a ti no puede ser ni más ni menos que lo que le pertenece a él.
1. El ego no es otra cosa que idolatría; el símbolo de un yo limitado y separado, nacido en un cuerpo, condenado a sufrir y a que su vida acabe en la muerte. 2Es la "voluntad" que ve a la Voluntad de Dios como su enemigo, y que adopta una forma en que Ésta es negada. 3El ego es la "prueba" de que la fuerza es débil y el amor temible, la vida en realidad es la muerte y sólo lo que se opone a Dios es verdad.
2. El ego es demente. 2Lleno de miedo, cree alzarse más allá de lo Omnipresente, aparte de la Totalidad y separado de lo Infinito. 3En su demencia cree también haber vencido a Dios Mismo. 4Y desde su terrible autonomía "ve" que la Voluntad de Dios ha sido destruida. 5Sueña con el castigo y tiembla ante lasfiguras de sus sueños: sus enemigos, que andan tras él queriendo asesinarlo antes de que él pueda proteger su seguridad atacándolos primero.
3. El Hijo de Dios no tiene ego. 2¿Qué puede saber él de la locura o de la muerte de Dios, cuando mora en Él? 3¿Qué puede saber de penas o de sufrimientos, cuando vive en una dicha eterna? 4¿Qué puede saber del miedo o del castigo, del pecado o de la culpabilidad, del odio o del ataque, cuando lo único que le rodea es paz eterna, por siempre imperturbable y libre de todo conflicto, en la tranquilidad y silencio más profundos?
4. Conocer la realidad significa no ver al ego ni a sus pensamientos, sus obras o actos, sus leyes o creencias, sus sueños o esperanzas, así como tampoco los planes que tiene para su propia salvación y el precio que hay que pagar por creer en él. 2Desde el punto de vista del sufrimiento, el precio que hay que pagar por tener fe en él es tan inmenso que la ofrenda que se hace a diario en su tenebroso santuario es la crucifixión del Hijo de Dios. aY la sangre no puede sino correr ante el altar donde sus enfermizos seguidores se preparan para morir.
5. Una sola azucena de perdón, no obstante, puede transformar la oscuridad en luz y el altar a las ilusiones en el templo a la Vida Misma. 2Y la paz se les restituirá para siempre a las santas mentes que Dios creó como Su Hijo, Su morada, Su dicha y Su amor, completamente Suyas, y completamente unidas a Él.
AUDIOLIBRO
EJERCICIOS
LECCIÓN 331
El conflicto no existe, pues mi voluntad es la Tuya.
1. Padre, ¡qué absurdo creer que Tu Hijo podía causarse sufrimiento así mismo! 2¿Cómo iba él a poder planear su condenación sin que se le hubiera provisto de un camino seguro que lo condujese a su liberación? 3Me amas, Padre, 4y nunca habrías podido dejarme en la desolación, para morir en un mundo de dolor y crueldad. 5¿Cómo pude jamás pensar que el Amor se había abandonado a Sí Mismo? 6No hay otra voluntad que la Voluntad del Amor. 7El miedo es un sueño, y no tiene una voluntad que pueda estar en conflicto con la Tuya. 8Estar en conflicto es estar dormido; la paz, estar despierto. 9La muerte es una ilusión, y la vida, la verdad eterna. 10Nada se opone a Tu Voluntad. 11El conflicto no existe, pues mi voluntad es la Tuya.
2. El perdón nos muestra que la Voluntad de Dios es una sola y que la compartimos. 2Contemplemos los santos panoramas que hoy nos muestra el perdón, de modo que podamos encontrar la paz de Dios. 3Amén.
TEXTO
Capítulo 29
EL DESPERTAR
I. La clausura de la brecha
1. No hay tiempo, lugar ni estado del que Dios esté ausente. 2No hay nada que temer. 3Es imposible que se pudiese concebir una brecha en la Plenitud de Dios. 4La
transigencia que la más insignificante y diminuta de las brechas
representaría en Su Amor eterno es completamente imposible. 5Pues
ello querría decir que Su Amor puede albergar una sombra de odio, que
Su bondad puede a veces trocarse en ataque y que en ocasiones Él podría
perder Su infinita paciencia. 6Esto es lo que crees cuando percibes una brecha entre tu hermano y tú. 7¿Cómo ibas a poder, entonces, confiar en Dios? 8Pues Su Amor debe ser un engaño. 9Sé
precavido entonces: no dejes que se te acerque demasiado y mantén una
brecha entre Su Amor y tú a través de la cual te puedas escapar en caso
de que tengas necesidad de huir.
2. Aquí es donde más claramente se puede ver el temor a Dios. 2Pues el amor es traicionero para aquellos que tienen miedo, ya que el miedo y el odio siempre van de la mano. 3Todo aquel que odia tiene miedo del amor y, por lo tanto, no puede sino tener miedo de Dios. 4Es indudable que no conoce el significado del amor. 5Teme amar y ama odiar, y así, piensa que el amor es temible y que el odio es amor. 6Esto
es lo que inevitablemente les sucede a todos aquellos que tienen en
gran estima a esta pequeña brecha, creyendo que es su salvación y
esperanza.
3. ¡El temor a Dios! 2El mayor obstáculo que la paz tiene que salvar no ha desaparecido todavía. 2Los
demás ya han desaparecido, pero éste todavía sigue en pie, obstruyendo
tu paso y haciendo que el camino hacia la luz parezca oscuro y temible,
peligroso y sombrío. 4Has decidido que tu hermano es tu enemigo. 5Tal vez tu amigo en algunas ocasiones, siempre que vuestros diferentes intereses permitan vuestra amistad por algún tiempo. 6Pero no sin dejar una aparente brecha entre vosotros, en caso de que él se vuelva a convertir en tu enemigo. 7Deja que se acerque a ti, y te haces atrás; acércate a él, y él instantáneamente emprende la retirada. 8El acuerdo que establecisteis fue tener una amistad cautelosa y de limitado alcance, cuya intensidad estuviese cuidadosamente restringida. 9De
modo que lo único que tú y tu hermano hicisteis fue establecer un pacto
condicional en el que uno de sus puntos era una cláusula de separación
que tanto tú como él acordasteis no violar. 10Y convinisteis que violarla sería una infracción del acuerdo de todo punto intolerable.
4. La brecha entre vosotros no es el espacio que hay entre vuestros cuerpos, 2pues ese espacio tan sólo da la impresión de dividir vuestras mentes separadas. 3La
brecha entre vosotros es el símbolo de una promesa que os habéis hecho
de encontraros cuando os parezca, y luego separaros hasta que los dos
decidáis encontraros de nuevo. 4Y entonces vuestros cuerpos parecerán ponerse en contacto y concertar un lugar de encuentro donde reunirse. 5Pero siempre es posible que cada uno siga su camino. 6Supeditado
al "derecho" de separaros, acordáis reuniros de vez en cuando y
mantener vuestra distancia con intervalos de separación que os protejan
del "sacrificio" del amor. 7El cuerpo os salva, pues os aleja
del sacrificio total y os da tiempo para reconstruir una vez más
vuestros yos separados, que creéis que realmente menguan cuando os
reunís.
5.
El cuerpo no podría separar tu mente de la mente de tu hermano a menos
que quisieses que fuese la causa de vuestra separación y
distanciamiento. 2Por consiguiente, le atribuyes un poder que no posee. 3Esto es lo que hace que tenga poder sobre ti. 4Pues
ahora piensas que el cuerpo determina cuándo debéis reuniros, y que
limita vuestra capacidad de estar en comunión con la mente del otro. 5Y así, te dice adónde ir y cómo llegar hasta allí, lo que te es factible emprender y lo que no puedes hacer. 6Te dice también lo que su salud puede tolerar, así como lo que lo fatigará y enfermará. 7Sus "inherentes" debilidades establecen los límites de lo que puedes hacer y hacen que tu propósito sea débil y limitado.
6. El cuerpo se avendrá a todo esto, si ése es tu deseo. 2Permitirá solamente limitados desahogos de "amor", intercalados con intervalos de odio. 3Y se hará cargo de decidir cuándo puede "amar" y cuándo se debe refugiar en el miedo para mantenerse a salvo. 4Enfermará porque tú no sabes lo que es amar. 5De
este modo, utilizarás indebidamente toda circunstancia y a todo aquel
con quien te encuentres, y no podrás sino ver en ellos un propósito
distinto del tuyo.
7. El amor no exige sacrificios. 2Pero el miedo exige el sacrificio del amor, pues no puede subsistir en su presencia. 3Para
perpetuar el odio, es preciso temerle al amor y limitar su presencia
sólo a algunas ocasiones, manteniéndolo alejado el resto del tiempo. 4De esta manera, se le tiene por traicionero porque parece ir y venir a su antojo y no ofrecerte ninguna estabilidad. 5No
te das cuenta de cuán limitada y débil es tu lealtad, y de cuán a
menudo le has exigido al amor que se aleje de ti y te deje solo y en
"paz".
8.
El cuerpo, que de por sí no tiene ningún objetivo, es la excusa que
tienes para los diversos objetivos que tienes y que le obligas a
perseguir. 2No es su debilidad lo que te asusta, sino su falta de fuerza o debilidad. 3¿No te gustaría saber que nada se interpone entre tú y él? 4¿No te gustaría saber que no hay brecha tras la que te puedas ocultar? 5Los que descubren que su salvador ya no es su enemigo experimentan un sobresalto. 6Cuando se descubre que el cuerpo no es real se suscita una cierta aprensión 7y se experimentan matices de aparente temor en torno al feliz mensaje de que "Dios es Amor".
9. Cuando la brecha desaparece, no obstante, lo único que se experimenta es paz eterna. 2No más de eso, pero tampoco menos. 3Si no tuvieses miedo de Dios, ¿qué podría inducirte a que lo abandonases? 4¿Qué juguetes o baratijas podría haber en la brecha que pudiesen privarte por un solo instante de Su Amor? 5¿Permitirías que el cuerpo dijese "no" a la llamada del Cielo, si no tuvieses miedo de perder tu ser al encontrar a Dios? 6Mas ¿cómo sería posible que perdieses tu ser al hallarlo?
1. Aceptemos hoy que el perdón es nuestra única función. z¿Por qué atacar nuestras mentes y ofrecerles imágenes de dolor? 3¿Por qué enseñarles que son impotentes, cuando Dios les ofrece Su poder y Su Amor y las invita a servirse de lo que ya es suyo? 4La mente que ha llegado a estar dispuesta a aceptar los regalos de Dios ha sido reinstaurada al espíritu, y extiende su libertad y su dicha tal como dispone la Voluntad de Dios unida a la suya propia. 5El Ser que Dios creó no puede pecar, por lo tanto, no puede sufrir. 6Elijamos hoy que Él sea nuestra Identidad, para poder así escapar para siempre de todas las cosas que el sueño de miedo parece ofrecernos.
2. Padre, es imposible hacerle daño a Tu Hijo. 2Y si creemos sufrir, es sólo porque no reconocemos la única Identidad que compartimos Contigo. 3Hoy queremos retornar a Ella, a fin de librarnos para siempre de todos nuestros errores y salvarnos de lo que creíamos ser.
TEXTO
VII. El arca de seguridad
1. Dios no pide nada, y Su Hijo, al igual que Él, no necesita pedir nada, 2pues no le falta nada. 3Un espacio vacío, o una diminuta brecha, sería una insuficiencia. 4Y sólo ahí podría él querer tener algo que no tiene. 5Un
espacio donde Dios no se encuentra o una brecha entre Padre e Hijo no
es la Voluntad de ninguno de los dos, que prometieron ser uno solo. 6La
promesa de Dios es una promesa que Él se hizo a Sí Mismo, y no hay
nadie que pudiese ser desleal a lo que Su Voluntad dispone como parte de
lo que Él es. 7 La promesa de que no puede haber brecha alguna entre Él y lo que Él es no puede ser falsa. 8¿Qué
otra voluntad podría interponerse entre lo que no puede sino ser uno
solo y en Cuya Plenitud no puede haber brecha alguna?
2. La hermosa relación que tienes con todos tus hermanos es parte de ti porque es parte de Dios Mismo. 2¿Cómo
no ibas a enfermar si te niegas a ti mismo tu plenitud, tu salud, tu
Fuente de ayuda, la Llamada a impartir curación y la Llamada a curar? 3Tu salvador espera la curación y el mundo espera con él. 4Y tú no estás excluido, 5pues la curación o bien será una sola o bien no tendrá lugar en absoluto, ya que en el hecho de que es una radica la curación. 6¿Qué podría corregir a la separación sino su opuesto? 7No hay términos medios en ningún aspecto de la salvación. 8O bien la aceptas completamente o bien no la aceptas en absoluto. 9Lo que no está separado tiene que estar unido. 10Y lo que está unido no puede estar separado.
3. O bien hay una brecha entre tu hermano y tú, o bien sois uno y lo mismo. 2No hay nada entremedias, ninguna otra opción, ni ninguna lealtad que se pueda dividir entre esas dos posibilidades. 3Una
lealtad dividida significa que le eres infiel a ambas posibilidades, lo
cual no hace sino ponerte a dar tumbos, sin que te quede otro remedio
que agarrarte a cualquier brizna de paja que parezca ofrecerte apoyo. 4Mas ¿quién puede edificar su hogar sobre pajas y esperar que le proteja del viento? 5Ése es el tipo de hogar que se puede hacer del cuerpo porque no está cimentado en la verdad. 6Sin
embargo, por esa misma razón puede verse que no es tu hogar, sino
simplemente un medio para ayudarte a llegar al Hogar donde Dios mora.
4. Cuando
ése se vuelve tu propósito, el cuerpo se cura, pues no se le utiliza
para dar testimonio del sueño de separación y enfermedad. 2Tampoco se le culpa fútilmente por lo que no hizo. 3Su propósito es ayudar a que el Hijo de Dios sane, y, debido a ello, no puede enfermar. 4No se une a ningún propósito que tú no hayas aceptado, y tú has elegido que no esté enfermo. 5Todos los milagros se basan en esta decisión, y se te conceden en el mismo instante en que la tomas. 6Ninguna forma de enfermedad está excluida de dicha decisión porque la decisión no puede tomarse en función de la forma. 7La decisión de estar enfermo parece ser una decisión entre diferentes formas de enfermedad. 8Sin embargo, la enfermedad es una sola, al igual que su opuesto. 9Por consiguiente, o estás enfermo o estás sano.
5. Pero nunca tú solo. 2Este mundo no es más que el sueño de que puedes estar solo y de que puedes pensar sin que ello afecte a los que están separados de ti. 3Estar solo significa que estás separado, y si lo estás, no puedes sino estar enfermo. 4Esto parece probar que definitivamente estás separado. 5No obstante, lo único que significa es que has tratado de mantener la promesa de serle fiel a la infidelidad. 6Mas la infidelidad. significa enfermedad. 7Es como la casa edificada sobre pajas. 8De por sí parece ser muy sólida y real. 9Su estabilidad, no obstante, no se puede juzgar sin tomar en consideración sus cimientos. 10Si descansa sobre pajas, de nada sirve atrancar las puertas, cerrar las ventanas o correr los cerrojos. 11El viento la derrumbará, y las lluvias la azotarán y la arrastrarán al olvido.
6. ¿Qué sentido tiene buscar refugio en lo que se construyó precisamente para fomentar el peligro y el miedo? 2¿Por
qué recargarlo con más cerraduras, cadenas o pesadas anclas, cuando su
debilidad no reside en ello mismo, sino en la fragilidad de la brecha
insustancial sobre la que se erige? 3¿Qué seguridad te puede ofrecer algo que descansa sobre una sombra? 4¿Edificarías tu casa sobre algo que pudiera derrumbarse con el peso de una pluma?
7. Tu hogar está edificado sobre la salud de tu hermano, sobre su felicidad e impecabilidad*, así como sobre todo lo que su Padre le prometió. 2Ningún pacto secreto que hayas hecho en lugar de eso ha estremecido en lo más mínimo los Cimientos de este hogar. 3El viento podrá soplar sobre él y la lluvia azotarlo, pero sin consecuencia alguna. 4El mundo será arrastrado, pero este hogar permanecerá en pie para siempre, pues su fuerza no reside sólo en él. 5Es un arca de seguridad, que descansa sobre la promesa que Dios le hizo a Su Hijo de que él siempre moraría a salvo en Él. 6¿Qué brecha podría interponerse entre la seguridad de este refugio y su Fuente? 7Desde aquí se puede ver al cuerpo como lo que es, sin atribuirle más o menos valor del que tiene como medio para liberar al Hijo de Dios a fin de que pueda regresar a su hogar. 8Y con este santo propósito se convierte por un tiempo en un hogar de santidad, ya que comparte la Voluntad de tu Padre contigo.
1. Padre, pensé que me había apartado de Tu Voluntad, que la había desafiado, que había violado sus leyes y que había interpuesto otra voluntad más poderosa que la Tuya. 2En realidad, no obstante, no soy otra cosa que una extensión de Tu Voluntad que se extiende continuamente. 3Eso es lo que soy, y ello jamás ha de cambiar. 4Así como Tú eres Uno, yo soy uno Contigo. 5Eso fue lo que elegí en mi creación, en la que mi voluntad se hizo eternamente una con la Tuya. 6Esa decisión se tomó para siempre. 7No puede cambiar ni oponerse a sí misma. 8Padre, mi voluntad es la Tuya. 9Estoy a salvo, tranquilo y sereno, y gozo de una dicha interminable porque así lo dispone Tu Voluntad.
2. Hoy aceptaremos la unión que existe entre nosotros, y entre nosotros y nuestra Fuente. 2No tenemos otra voluntad que la Suya y todos somos uno porque todos compartimos Su Voluntad. 3A través de Ella reconocemos que somos uno solo. 4A través de Ella encontramos por fin el camino que nos conduce a Dios.
TEXTO
VI. Los votos secretos
1. El que castiga el cuerpo está loco, 2pues ahí es donde ve la diminuta brecha, que, sin embargo, no está ahí. 3El cuerpo no se ha juzgado a sí mismo, ni se ha convertido en lo que no es. 4No procura hacer del dolor un gozo, ni espera encontrar placer duradero en lo que no es más que polvo. 5No te dice cuál es su propósito, ni tampoco puede él mismo entender para qué es. 6No hace de nadie una víctima porque no tiene una voluntad propia, ni tampoco preferencias o dudas. 7No se pregunta lo que es. 8Por lo tanto, no tiene necesidad de competir. 9Se puede hacer de él una víctima, pero no puede considerarse a sí mismo como tal. 10No acepta ningún papel, sino que hace lo que se le dice sin atacar.
2. Atribuir
la responsabilidad de lo que ves a aquello que no puede ver, y culparlo
por los sonidos que te disgustan cuando no puede oír, es ciertamente
una perspectiva absurda. 2El cuerpo no sufre el castigo que le impones porque no tiene sensaciones. 3Se comporta tal como tú deseas que lo haga, pero nunca toma decisiones. 4No nace ni muere. 5Lo único que puede hacer es vagar sin rumbo por el camino que se le haya indicado. 6Y si cambias de rumbo, camina con igual facilidad por esa otra dirección. 7No se pone de parte de nada, ni juzga el camino que recorre. 8No percibe brecha alguna porque no odia. 9Puede ponerse al servicio del odio, pero no puede por ello convertirse en algo odioso.
3. Lo que odias y temes, deseas y detestas, el cuerpo no lo conoce. 2Lo envías a buscar separación y a que sea algo separado. 3Luego lo odias, no por lo que es, sino por el uso que has hecho de él. 4Te desvinculas de lo que ve y oye, y odias su debilidad y pequeñez. 5Detestas sus actos, pero no los tuyos. 6Mas el cuerpo ve y actúa por ti. 7Él oye tu voz. 8Y es frágil e insignificante porque así lo deseas. 9Parece castigarte, y así, merece que le odies por las limitaciones que te impone. 10No obstante, eres tú quien lo ha convertido en el símbolo de las limitaciones que quieres que tu mente tenga, vea y conserve.
4. El
cuerpo representa la brecha que se percibe entre la pequeña porción de
mente que consideras tu mente, y el resto de lo que realmente es tuyo. 2Lo odias, sin embargo, crees que es tu ser, el cual perderías sin él. 3Éste es el voto secreto que has hecho con cada hermano que prefiere caminar solo y separado. 4Éste es el juramento secreto que renuevas cada vez que percibes que has sido atacado. 5Nadie puede sufrir a menos que considere que ha sido atacado y que ha perdido como resultado de ello. 6El compromiso a estar enfermo se encuentra en tu conciencia, aunque sin expresarse ni oírse. 7Sin embargo, es una promesa que le haces a otro de que él te herirá y de que a cambio tú lo atacarás.
5. La enfermedad no es sino la ira que se ha descargado contra el cuerpo para que sufra. 2Es
la consecuencia natural de lo que se hizo en secreto, en conformidad
con el deseo secreto de otro de estar separado de ti, tal como el tuyo
es estar separado de él. 3A menos que ambos estéis de acuerdo en que ése es vuestro deseo, éste no podría tener efectos. 4Todo
aquel que dice: "Entre tu mente y la mía no hay separación" es fiel a
la promesa que le hizo a Dios y no al miserable voto de serle
eternamente fiel a la muerte. 5Y al él sanar, su hermano sana también.
6. Que éste sea el acuerdo que tengas con cada uno de tus hermanos: que estarás unido a él y no separado. 2Y él será fiel a la promesa que le hagas porque es la misma que él le hizo a Dios y que Dios le hizo a él. 3Dios cumple Sus promesas; Su Hijo cumple las suyas. 4Esto fue lo que Su Padre le dijo al crearlo: "Te amaré eternamente, como tú a Mí. 5Sé tan perfecto como Yo, pues nunca podrás estar separado de Mí". 6Su Hijo no recuerda que le contestó: "Sí, Padre", si bien nació como resultado de esa promesa. 7Con
todo, Dios se la recuerda cada vez que él se niega a mantener la
promesa de estar enfermo, y permite, en cambio, que su mente sea sanada y
unificada. 8Sus votos secretos son impotentes ante la Voluntad de Dios, Cuyas promesas él comparte. 9Y lo que ha usado como sustituto de éstas no es su voluntad, pues él se comprometió a sí mismo a Dios.
Elijo estar en segundo lugar para obtener el primero.
1. Lo que parece ser el segundo lugar es en realidad el primero, pues percibimos todo al revés hasta que decidimos escuchar la Voz que habla por Dios. 2Nos parece que sólo podemos alcanzar autonomía si nos esforzamos por estar separados, y que la manera de salvarnos es aislándonos del resto de la creación de Dios. 3No obstante, lo único que podemos derivar de ello es enfermedades, sufrimientos, pérdidas y muerte. 4Esto no es lo que nuestro Padre dispone para nosotros, y no existe otra voluntad que la Suya. 5Unirnos a Su Voluntad es encontrar la nuestra. 6Y, puesto que nuestra voluntad es la Suya, es a Él a Quien debemos acudir para reconocer nuestra voluntad.
2. No hay otra voluntad que la Tuya. 2Y me alegro de que nada que pueda imaginarme contradiga lo que Tú quieres que yo sea. 3Tu Voluntad es que yo me encuentre completamente a salvo y eternamente en paz. 4Y comparto gustosamente Contigo, Padre mío, esa Voluntad que Tú me otorgaste como parte de mí.
1. No se me pide que acepte la salvación sobre la base de una fe ciega. 2Pues Dios ha prometido que oirá mi llamada y que Él Mismo me contestará. 3Déjame aprender mediante mi experiencia que esto es verdad, y es indudable que llegaré a tener fe en Él. 4Esa es la fe que no se quebranta y que me llevará cada vez más lejos por la senda que conduce hasta Él. 5Pues así estaré seguro de que Él no me ha abandonado, de que aún me ama y de que sólo espera a que yo lo llame para proporcionarme toda la ayuda que necesite para poder llegar a Él.
2. Padre, te doy las gracias porque sólo con que ponga a prueba Tus promesas jamás tendré la experiencia de que no se cumplen. 2Permítaseme, por lo tanto, ponerlas a prueba en vez de juzgarlas. 3Tú eres Tu Palabra. 4Tú provees los medios a través de los cuales arriba la convicción, haciendo así que por fin estemos seguros de Tu eterno Amor.
1. Padre, fui creado en Tu Mente, como un Pensamiento santo que nunca abandonó su hogar. 2He de ser por siempre Tu Efecto, y Tú por siempre y para siempre, mi Causa. 3Sigo siendo tal como Tú me creaste. 4Todavía me encuentro allí donde me pusiste. 5Y todos Tus atributos se encuentran en mí, pues Tu Voluntad fue tener un Hijo tan semejante a su Causa, que Causa y Efecto fuesen indistinguibles. 6Que tome conciencia de que soy un Efecto Tuyo y de que, por consiguiente, poseo el mismo poder de crear que Tú. 7Y así como es en el Cielo, sea en la tierra. 8Sigo Tu plan aquí, y sé que al final congregarás a todos Tus Efectos en el plácido Remanso de Tu Amor, donde la tierra desaparecerá y todos los pensamientos separados se unirán llenos de gloria como el Hijo de Dios.
2. Veamos hoy la tierra desaparecer, al principio transformada, y después, una vez que haya sido perdonada, veámosla desvanecerse completamente en la santa Voluntad de Dios.
TEXTO
V. La alternativa a los sueños de miedo
1. ¿Qué puede ser la sensación de estar enfermo, sino una sensación de estar limitado, 2o de estar desunido de algo y separado de ello? 3¿O de una brecha que percibes entre tu hermano y tú y lo que ahora consideras la salud? 4Y de este modo, lo bueno se ve como si estuviese afuera, y lo malo, adentro. 5Y así, la enfermedad aparta al ser de lo bueno, y conserva lo malo adentro. 6Dios es la Alternativa a los sueños de miedo. 7El que es partícipe de sueños de miedo, no puede ser partícipe de Él. 8Pero el que se niega a ser partícipe de ellos, participa en Él. 9No hay ninguna otra alternativa. 10Nada puede existir a menos que tú compartas su existencia. 11Y tú existes porque Dios compartió Su Voluntad contigo para que Su creación pudiese crear.
2. Lo
que les confiere realidad a los perniciosos sueños de odio, maldad,
rencor, muerte, pecado, sufrimiento, dolor y pérdida es el hecho de
compartirlos. 2Si no se comparten, se perciben como algo sin sentido. 3Pues al no prestarles apoyo dejan de ser una fuente de miedo. 4Y el amor no puede sino llenar el espacio que el miedo ha dejado vacante porque ésas son las únicas alternativas que existen. 5Donde uno aparece, el otro desaparece. 6Y el que compartas, será el único que tendrás. 7Y tendrás el que aceptes, pues es el único que deseas tener.
3. Si perdonas al soñador, y percibes que él no es el sueño que él mismo tejió, no estás compartiendo con él su nefasto sueño. 2Por lo tanto, él no puede ser parte del tuyo, del cual ambos os liberáis. 3El perdón separa al soñador del sueño nefasto, y así, lo libera. 4Recuerda que si compartes un sueño de maldad, creerás ser ese sueño que compartes. 5Y al tener miedo de él, no desearás conocer tu verdadera Identidad porque pensarás que es temible. 6Y negarás tu Ser, y caminarás por tierras extrañas que tu Creador no creó, donde parecerás ser algo que no eres. 7Lucharás contra tu propio Ser, el cual parecerá ser tu enemigo, y atacarás a tu hermano, como parte de lo que odias. 8En esto no hay términos medios. 9O bien eres tu Ser o bien una ilusión. 10¿Qué puede haber entre la ilusión y la verdad? 11Creer que hay un lugar intermedio donde puedes ser algo que no eres, no puede ser la verdad, sino un sueño.
4. Has
concebido una diminuta brecha entre las ilusiones y la verdad para que
sea el lugar donde reside tu seguridad y donde lo que has hecho mantiene
celosamente oculto a tu Ser. 2Aquí es donde se ha establecido un mundo enfermizo, que es el que los ojos del cuerpo perciben. 3Aquí están los sonidos que oye, las voces para las que sus oídos fueron concebidos. 4Sin embargo, los panoramas y los sonidos que el cuerpo percibe no significan nada. 5El cuerpo no puede ver ni oír. 6No sabe lo que es ver, ni para qué sirve escuchar. 7Es tan incapaz de percibir como de juzgar; de entender como de saber. 8Sus ojos son ciegos; sus oídos, sordos. 9No puede pensar, y, por lo tanto, no puede tener efectos.
5.¿Podría haber creado Dios algo para que enfermase? 2¿Y cómo podría existir algo que Él no hubiese creado? 3No permitas que tus ojos se posen en un sueño ni que tus oídos den testimonio de una ilusión. 4Pues los ojos fueron concebidos para que viesen un mundo que no existe, y los oídos, para que oyesen voces insonoras. 5Mas hay otros panoramas y sonidos que sí se pueden ver, oír y comprender. 6Pues los ojos y los oídos son sentidos sin sentido, y lo único que hacen es relatar lo que ven y lo que oyen. 7Mas
no son ellos los que ven y oyen, sino tú, quien ensambló cada trozo
irregular, cada migaja y fragmento absurdo de prueba para que diera
testimonio del mundo que deseas. 8No permitas que los ojos y
los oídos del cuerpo perciban estos innumerables fragmentos dentro de
la brecha que tú te imaginaste, ni permitas que persuadan a su hacedor
de que sus fabricaciones son reales.
6. La creación es la prueba de la realidad porque comparte la función que toda la creación comparte. 2No
se compone de trocitos de cristal, de un pedazo de madera, o quizá de
una hebra o dos, ensamblados para que den testimonio de la verdad. 3La realidad no depende de eso. 4No hay brecha que separe a la verdad de los sueños o de las ilusiones. 5La verdad no ha dejado sitio para ellos en ningún lugar o tiempo, 6pues ella ocupa todo lugar y tiempo, y hace que los sueños y las ilusiones sean absolutamente indivisibles.
7.Tú
que crees que entre tu hermano y tú hay una diminuta brecha, no te das
cuenta de que ahí es donde os encontráis prisioneros en un mundo que
se percibe como que existe aquí. 2Elmundo que tú ves no existe porque el lugar desde donde lo percibes no es real. 3La
brecha se halla celosamente oculta entre las tinieblas, e imágenes
nebulosas surgen para cubrirla con formas vagas e indefinidas y con
siluetas cambiantes, por siempre insustanciales e inciertas. 4Sin embargo, en la brecha no hay nada. 5No hay secretos impresionantes ni tumbas tenebrosas desde los que el terror surge de los huesos de la muerte. 6Observa
la diminuta brecha y contemplarás la inocencia y la ausencia de pecado
que verás dentro de ti cuando ya no tengas miedo de reconocer el amor.
Todas las cosas que creo ver son reflejos de ideas.
1. Ésta es la clave de la salvación: lo que veo es el reflejo de un proceso mental que comienza con una idea de lo que quiero. 2A partir de ahí, la mente forja una imagen de eso que desea, lo juzga valioso y, por lo tanto, procura encontrarlo. 3Estas imágenes se proyectan luego al exterior, donde se contemplan, se consideran reales y se defienden como algo propio de uno. 4De deseos dementes nace un mundo demente, 5y de juicios, un mundo condenado. 6De pensamientos de perdón, en cambio, surge un mundo apacible y misericordioso para con el santo Hijo de Dios, cuyo propósito es ofrecerle un dulce hogar en el que descansar por un tiempo antes de proseguir su jornada, y donde él puede ayudar a sus hermanos a seguir adelante con él y a encontrar el camino que conduce al Cielo y a Dios.
2. Padre nuestro, Tus ideas reflejan la verdad, mientras que las mías separadas de las Tuyas, tan sólo dan lugar a sueños. 2Déjame contemplar lo que sólo las Tuyas reflejan, pues son ellas las únicas que establecen la verdad.
TEXTO
IV. La unión mayor
1. Aceptar la Expiación para ti mismo significa no prestar apoyo a los sueños de enfermedad y muerte de nadie. 2Significa que no compartes con ningún individuo su deseo de estar separado ni dejas que vuelque sus ilusiones contra sí mismo. 3Tampoco deseas que éstas se vuelquen contra ti. 4De este modo, no tienen ningún efecto. 5Y te liberas de los sueños de dolor porque permites que él se libere de ellos. 6A menos que lo ayudes, sufrirás con él, ya que ése es tu deseo. 7Y te convertirás en un protagonista en su sueño de dolor, tal como él lo es en el tuyo. 8De este modo, los dos os convertís en ilusiones sin ninguna identidad. 9Tú puedes ser cualquier persona o cualquier cosa, según de quién sea el sueño de maldad que compartas. 10Pero de una cosa puedes estar seguro: que eres perverso, pues compartes sueños de miedo.
2. Hay un modo de encontrar certeza aquí y ahora. 2Niégate a ser parte de ningún sueño de miedo, sea cual sea su forma, pues si lo haces perderás tu identidad en ellos. 3La manera de encontrarte a ti mismo es negándote a aceptar tales sueños como tu causa, o como que tienen efectos en ti. 4Tú no tienes nada que ver con ellos, pero sí con aquel que los sueña. 5De esta manera, separas al soñador del sueño, al unirte a uno y abandonar el otro. 6El sueño no es más que una ilusión de la mente. 7Y a ésta te puedes unir, pero jamás al sueño. 8Es del sueño de lo que tienes miedo, no de la mente. 9Sin embargo, los ves como si fuesen lo mismo porque crees que tú no eres más que un sueño. 10Y no sabes lo que es real acerca de ti o lo que es ilusorio, ni puedes distinguir entre lo uno y lo otro.
3. Al igual que tú, tu hermano cree que él es un sueño. 2No compartas con él su ilusión acerca de sí mismo, pues tu identidad depende de su realidad. 3Piensa en él más bien como una mente en la que todavía persisten las ilusiones, pero con la que tienes una relación fraternal. 4Lo que él sueña no es lo que lo convierte en tu hermano, ni tampoco su cuerpo, el "héroe" del sueño, es tu hermano. 5Su realidad es lo que es tu hermano, de la misma manera en que tu realidad es lo que es hermano suyo. 6Tu mente y la suya están unidas en hermandad. 7Su cuerpo y sus sueños tan sólo aparentan abrir una diminuta brecha en la que tus sueños se han unido a los suyos.
4. Entre vuestras mentes, sin embargo, no hay ninguna brecha. 2Unirte a sus sueños significa que no te unes a él, pues sus sueños lo separan de ti. 3Libéralo, por lo tanto, proclamando sencillamente tu hermandad con él y no con sueños de miedo. 4Ayúdale
a que reconozca quién es, negándote a apoyar sus ilusiones con tu fe,
pues si lo haces, no podrás sino tener fe en las tuyas. 5Y al tener fe en las tuyas, él no podrá liberarse y tú quedarás atrapado en sus sueños. 6Y
sueños de terror vendrán a rondar la diminuta brecha, la cual está
poblada únicamente por las ilusiones que habéis apoyado en la mente del
otro.
5. Ten
absoluta certeza de que si tú haces lo que te corresponde hacer, él
hará lo que le corresponda hacer a él, pues se unirá a ti allí donde tú
estés. 2No lo invites a unirse a ti en la brecha que hay
entre vosotros, pues si lo haces, creerás que ésa es tu realidad así
como la suya. 3Tú no puedes llevar a cabo su papel por él, mas esto es precisamente lo que hacescuando te vuelves una figura pasiva en sus sueños, en vez del soñador de los tuyos. 4Tener una identidad carece de significado en los sueños porque el soñador y el sueño son lo mismo. 5El que comparte un sueño no puede sino ser el sueño que comparte porque el acto de compartir es lo que produce la causa.
6. Como consecuencia de compartir confusión estás confundido, pues en la brecha no existe un yo estable. 2Lo que es lo mismo parece diferente porque lo que es lo mismo aparenta ser algo distinto. 3Los sueños de tu hermano son los tuyos porque tú permites que lo sean. 4Mas si lo librases de tus sueños, él se liberaría de ellos, así como de los suyos. 5Tus sueños dan testimonio de los suyos y, los suyos, de la verdad de los tuyos. 6No
obstante, si vieses que no hay verdad en los tuyos, sus sueños
desaparecerían y él comprendería qué fue lo que dio origen al sueño.
7. El Espíritu Santo mora en vuestras dos mentes, y Él es Uno porque no hay brecha que pueda dividir Su Unicidad*. 2La brecha que separa vuestros cuerpos es irrelevante, pues lo que está unido en Él es siempre uno. 3Nadie puede estar enfermo si alguien acepta su unión con él. 4Su deseo de ser una mente enferma y separada no puede seguir vigente sin un testigo o una causa. 5Y tanto el testigo como la causa desaparecen si alguien decide unirse a él. 6En
su sueño él estaba separado de su hermano, quien, al no compartir su
sueño con él, ha eliminado el espacio que había entre ellos. 7Y el Padre viene a unirse con Su Hijo, a quien el Espíritu Santo se unió.
8. La función del Espíritu Santo es tomar la imagen fragmentada del Hijo de Dios y poner cada fragmento nuevamente en su lugar. 2Él muestra esta santa imagen, completamente sanada, a cada fragmento separado que piensa que en sí es una imagen completa. 3A
cada uno de ellos Él le ofrece su Identidad, que la imagen en su
totalidad representa, en vez de la fragmentada y diminuta porción que él
insistía que era él mismo. 4Mas cuando él vea esta imagen, se reconocerá a sí mismo. 5Si
tú no compartes con tu hermano su sueño de maldad, ésa es la imagen con
la que el milagro llenará la diminuta brecha, la cual quedará así libre
de todas las semillas de enfermedad y de pecado. 6Y ahí el Padre recibirá a Su Hijo porque Su Hijo ha sido misericordioso consigo mismo.
9. Te
doy las gracias, Padre, sabiendo que Tú vendrás a salvar cada diminuta
brecha que hay entre los fragmentos separados de Tu santo Hijo. 2Tu santidad, absoluta y perfecta, mora en cada uno de ellos. 3Y están unidos porque lo que mora en uno solo de ellos, mora en todos ellos. 4¡Cuán sagrado es el más diminuto grano de arena, cuando se reconoce que forma parte de la imagen total del Hijo de Dios. 5Las formas que los diferentes fragmentos parecen adoptar no significan nada, 6pues el todo reside en cada uno de ellos. 7Y cada aspecto del Hijo de Dios es exactamente igual a todos los demás.
10.No te unas a los sueños de tu hermano, sino a él, y ahí donde te unes a Su Hijo, ahí está el Padre. 2¿Quién iría en busca de sustitutos si se diese cuenta de que no ha perdido nada? 3¿Quién querría disfrutar de los "beneficios" de la enfermedad cuando ha recibido la simple bendición de la salud? 4Lo que Dios ha dado no puede suponer pérdida alguna, y lo que no procede de Él no tiene efectos. 5¿Qué podrías percibir, entonces, en la brecha? 6Las
semillas de la enfermedad proceden de la creencia de que es posible
encontrar felicidad en la separación y de que renunciar a ella sería un
sacrificio. 7Mas los milagros son el resultado de no seguir tratando de ver en la brecha lo que no se encuentra en ella. 8Lo único que requiere el Sanador del Hijo de Dios es que estés dispuesto a abandonar todas las ilusiones. 9Él sembrará los milagros de curación allí donde antes se encontraban las semillas de la enfermedad. 10Yno habrá pérdidas de ninguna clase, sino sólo ganancias.
Este blog no pretende enseñar el significado del amor, pues eso está más allá de lo que se puede enseñar. Pretende, sin embargo, despejar los obstáculos que impiden experimentar la presencia del amor, el cual es tu herencia natural.
Abundancia Principio de plenitud que contrasta con el principio de escasez que el ego sostiene. El Hijo de Dios no carece de nada, salvo en sueños.
Amor El motivo por el cual Dios creó a su hijo. La fuerza maravillosa que todo lo mueve. Para Un Curso de Milagros, es sinónimo de Paz, Perdón, Confianza, Mansedumbre, Fe, Abundancia, Conocimiento, Generosidad, Honestidad.
Ataque Intento de justificar la culpa proyectándola en otros. Luego de proyectarla fuera de nosotros, al verla en otros, el ego nos persuade de atacarla con la esperanza de des-hacernos de ella. Lo cierto es que así solo logramos reforzarla en nuestro hermano y en nosotros multiplicándola. A través del maravilloso proceso de cambio de percepción que nos propone Un Curso de Milagros, veremos todo ataque como lo que es en realidad, un pedido de amor, un pedido de ayuda.
Causa y Efecto Uno depende del otro. Todo aquello que pensamos es la causa y el efecto es el reflejo de dichos pensamientos en el plano material, físico. No hay pensamientos fútiles nos dice Jesús en Un Curso de Milagros ya que todo pensamiento (causa) genera un efecto en el mundo material. Por otra parte y basado en el mismo precepto, “solo mis propios pensamientos pueden hacerme daño”. En la Creación, el Hijo fue el efecto de la Causa, el inconmensurable amor del Padre.
Cielo El conocimiento. Donde mora Dios y su creación en perfecta unidad. Aquí en el mundo del sueño, de la ilusión, el Cielo se ve reflejado en la Relación Santa.
Conocimiento El Cielo o Morada de Dios. Donde no existe la percepción. Donde no existe el Juicio ni es necesario el milagro, donde la Fe no es necesaria.
Creación Solo existe en el plano del conocimiento. Extensión del Ser o Espíritu de Dios. No es equivalente a la creatividad del mundo de la percepción.
Cristo La Segunda persona de la Trinidad. La Mente del Hijo de Dios. La Totalidad de la Filiación. El Ser que Dios creó por extensión. No debe asociarse únicamente con Jesús. Todos somos parte del Cristo con Jesús.
Crucifixión Un símbolo del ataque del ego a Dios y por lo tanto a su Hijo. La culpabilidad interna que se sintió en una época y que aun perdura por quienes permitieron y propiciaron la crucificaron a Jesús. Ejemplo extremo que enseño que nuestra verdadera identidad no está en el cuerpo. Hoy en día el mundo de la ilusión sigue rindiendo culto y culpándose de la crucifixión equivocando el mensaje que Jesús nos quiso dejar, sintiéndose responsable por un hecho que se tergiversa al creer que Dios envió a su amado hijo para que fuera un redentor sufriente por todos nuestros pecados y muriera por nosotros.
Cuerpo La encarnación del ego. El pensamiento de separación proyectado en el mundo de la materia. El testimonio de la culpabilidad que siente el Hijo de Dios por percibirse separado del Padre. Incluye el cuerpo físico como el psicológico. A través del trabajo que realizamos con Un Curso de Milagros, si se lo permitimos, el Espíritu Santo, el Gran Maestro, al igual que con todo lo fabricado por el ego en este plano, tomará el cuerpo y lo empleará en el propósito de nuestra paz, sanándole y convirtiéndole en una herramienta de comunicación con nuestros semejantes al servicio del Plan de Dios y de su reino.
Culpa Estado que surge al percibirnos pecadores. Es la suma de los sentimientos adversos que tenemos con relación a nosotros mismos. Es el sentimiento que surge al percibirnos lejos de casa, lejos del Padre y de haberle traicionado, engañado y atacado. Esto en ocasiones consciente y en otras, inconscientemente, aflora como un sentimiento hacia nosotros de indignidad, de vulnerabilidad, de debilidad, de poca valía. Al creer que somos culpables, nos percibimos merecedores de castigo tal como el mundo nos ha enseñado. Dicho castigo lo buscamos fuera en la forma de carencia, enfermedad, sacrificio, relaciones especiales o bien lo buscamos dentro a través de la enfermedad.
Dar/Recibir Son parte de la misma cosa toda vez que cuando damos es a nosotros mismos a quien damos. En contraposición con la idea del mundo de que al dar, “perdemos”, Un Curso de Milagros nos muestra que al ser todo una idea un pensamiento, al dar, cuando el otro recibe y hace suyo ese pensamiento que compartimos, esa idea la reforzamos en él y en nosotros y lejos de perder, multiplicamos lo que compartimos.
Demonio Una proyección del ego de la culpa hacia un agente externo.
Dios La Primera persona de la Trinidad. El Padre, La fuente, La Maravillosa Energía Universal, el Creador.
Ego El personaje, el falso yo, la mente errada. La mente dividida del Hijo de Dios que se percibe separada del Padre. La “loca idea” que se coló en la poderosa mente del Hijo de Dios durante su sueño en la que piensa que puede ser su propio creador. Como nada Eterno puede ser dividido ni separado, es simplemente una ilusión un sueño en la mente del Hijo de Dios que se percibe separado.
Enfermedad La división que el Hijo de Dios percibe en su mente al creer en la separación. Esta percepción de separación que se da en la mente, se proyecta al cuerpo. La enfermedad que el cuerpo manifiesta no está en el cuerpo si no en la mente. El cuerpo para Un Curso de Milagros como todo lo fabricado en el plano material, es neutro. Todo en este plano cobra “vida” según se le de utilidad a favor del ego o del Espíritu Santo. El ego al no poder acaparar toda a la mente, pues esta aun conserva el recuerdo de su verdadera identidad, se vale del cuerpo como herramienta para manifestar su culpabilidad y perpetuar el ataque al proyectar. El Espíritu Santo por otra parte si se lo permitimos, al corregir la percepción a cerca de quienes somos, toma el cuerpo, lo pone al servicio del plan de sanación del Hijo de Dios borrando cualquier rastro de enfermedad en el.
Espíritu La naturaleza de nuestro Ser. Nuestra esencia. Lo Eterno, lo inmutable, lo que nunca muere, lo que nos une al Todo del que somos parte. El resultado de haber sido creados a imagen y semejanza de nuestro Padre. Para Un Curso de Milagros es sinónimo de Pensamiento.
Espíritu Santo La Tercera Persona de la Trinidad. La respuesta de Dios a la idea de separación que surgió en la mente del Hijo durante el sueño. El Nexo, el Interlocutor, el re-interprete, el Vínculo entre Padre e Hijo. La voz de Dios que habla por El. El Espíritu Santo es el guía perfecto. Si se lo permitimos evaluará absolutamente todo lo que hagamos en el plano físico en función de cómo contribuye a nuestra paz y a nuestra felicidad. En virtud de dicha contribución lo conservará o simplemente le acercará luz y lo hará desaparecer.
Expiación Es el plan de corrección del Espíritu Santo para des-hacer el ego y sanar la creencia en la separación. Surgió con la creación del Espíritu Santo luego de la separación. Expiar es des-hacer. El mundo de ilusión nos convoca en todo momento a hacer, a la acción. El Espíritu Santo nos convoca a no-hacer que es lo mismo que des-hacer la ilusión. Nuestra única responsabilidad como estudiantes de Un Curso de Milagros es aceptar la Expiación para nosotros mismos, es decir des-hacer el error de que estamos separados del Padre. Todo conflicto, todo desasosiego proviene de una idea equivocada de estar separados del Padre. Si Expiamos ese error, recobraremos nuestro estado natural de dicha, paz y armonía. La Expiación se vale del perdón para des-hacer la ilusión de separación que tanta culpabilidad nos ha generado.
Extensión: Extender es compartir a través del Espíritu Santo. En contraposición a la proyección del ego, la extensión es compartir la visión del Espíritu Santo.
Fe La expresión de nuestra confianza. Según donde la depositemos tendremos un resultado determinado. Si la depositamos en la ilusión veremos un mundo caótico de culpabilidad, de conflicto, enfermedad, carencia, conflicto. Si la depositamos en la verdad, veremos un mundo perdonado de abundancia, paz, dicha, armonía. No es que no tengamos fe es que en ocasiones generalmente no sabemos donde la depositamos.
Hijo de Dios La Segunda persona de la Trinidad. El Cristo que es nuestro verdadero Ser.
Infierno Un lugar de culpabilidad, muerte, desolación, enfermedad, carencia, sufrimiento, sacrificio, relaciones especiales. En lugar donde según el ego se nos castigará.
Instante Santo El instante donde el lugar de ver culpabilidad vemos perdón. Un instante donde en lugar de ver ataque, vemos pedido de amor, de ayuda.
Jesús La Primera persona, el “YO” del Curso de Milagros. Nuestro hermano quien trascendió el ego antes que nosotros. En el mundo del tiempo, es diferente a nosotros ya que no tiene ego. En el mundo de la eternidad es uno más de nosotros. Integra junto a nosotros, la Filiación, la Mente del Hijo de Dios. Es el “modelo a seguir” para Un Curso de Milagros ya que además de ser quien amorosamente nos acerca la información, es el primero que ha culminado el proceso de Expiación mostrándonos el camino que nos enseña que es realmente posible.
Juicio Final El final de todas las ilusiones. La culminación del proceso de Expiación por parte del Hijo de Dios.
Libre albedrío Solo existe en el mundo de la ilusión, de las formas, donde aun entendemos que tenemos opciones y que podemos decidir. La decisión es si actuar con el ego como guía o con el Espíritu Santo. En el Cielo es innecesario ya que hay una única voluntad, no hay nada que decidir.
Maestro de Dios Todos quienes optamos por aprender y enseñar la lección del perdón. Todos somos alumnos y maestros a la vez ya que estamos en constante aprendizaje. Todo aquello que enseñamos, que mostramos al mundo lo reforzamos en nosotros mismos. Todo aquello que enseñamos, es a nosotros mismos a quien lo enseñamos. Al ser la vida diaria, la cotidianeidad nuestra gran salón de clases, a diario estamos desempeñando ambas funciones. Bastará con pensar y tener en todo momento presente la idea de: “que deseo aprender”, ya que eso es exactamente lo que debo enseñar.
Magia Cualquier cosa del mundo físico y de la materia que creemos nos aportará una solución. Todo lo externo, todo lo que vemos es reflejo de nuestro estado mental por lo tanto, es allí donde debemos trabajar, en nuestros pensamientos, el lugar donde se genera todo aquello que vemos en el plano físico. Nada existe por si solo en el plano físico sin antes no haberse generado en la mente. Por lo tanto cualquier solución, corrección a lo que vemos “fuera” debe darse y se encuentra en la mente, el origen de todas las cosas. Cualquier solución que entendamos viene del exterior, es magia.
Mente Sinónimo de Espíritu. El nivel donde se generan los pensamientos, donde se encuentra la conexión con el Padre. El nivel donde el Hijo de Dios es UNO. El nivel donde se encuentra la energía creadora.
Mente correcta La parte de nuestra mente que acepta sin interponer obstáculos ser guiada por el Espíritu Santo, que es conciente de cual es nuestra verdadera identidad, que sabe que no estamos solos nunca, menos al momento de tomar decisiones o de actuar y por ello apela a quien sabe perfectamente el recorrido del camino del amor, de regreso a casa y que nos lleva a un estado de paz, de dicha, de abundancia, de júbilo. La parte de la mente que nos alienta a dejarnos guiar, a escuchar, a no-hacer, a confiar. La mente que nos muestra un mundo de esperanza, de belleza, de unión.
Mente errada La parte de nuestra mente que escucha al ego, la mente que cree en el sueño, que cree en la división de lo eterno, que cree que todo lo sabe, que actúa por impulso, sin pedir asesoramiento, que entiende que todo depende de nosotros, que nos habla en todo momento de actuar, de acción, de hacer, de tomar decisiones. La parte de la mente que nos dice que somos “el centro del mundo”. La parte de la mente que nos habla de miedo, de carencia, de angustia, de enfermedades, de conflicto. La parte de la mente que nos muestra un mundo de desolación, de separación, de cuerpos divididos.
Mente UNA La mente de Dios, El Cristo, la Mente del Hijo de Dios, la Filiación. La mente que trasciende la mente errada y la mente recta. Se halla en el nivel del conocimiento. Trasciende toda percepción.
Miedo Sentimiento ilusorio. El “cielo” que fabricó el Hijo de Dios con todo el poder de su mente, en oposición al cielo del Amor. Se originó en el sueño como respuesta al sentimiento de separación, de destierro, de auto-exilio, como respuesta a la sensación de haber perpetuado un supuesto ataque al Padre, de haberle ofendido, de haberle “fallado”. Es el resultado de la culpabilidad que siente el Hijo de Dios por esta supuesta separación y por la cual entiende que merece un debido castigo. El sentimiento que el mundo de la ilusión ha alimentado al sostener que la crucifixión de Cristo fue el “merecido” castigo del Padre ante los pecados de sus hijos.
Milagro El cambio de percepción en nuestra mente que nos permite pasar del mundo de angustia, carencia, conflicto, ira, enfermedad, a un mundo de dicha, felicidad, armonía, abundancia, salud y paz a través del perdón y de la conducción del Espíritu Santo. Se produce cuando toda relación se convierte en una relación Santa. Es decir cuando la mente de dos hermanos se une en una misma mente, allí aparece el Espíritu Santo, allí aparece Cristo y se produce el milagro.
Muerte El abandono del cuerpo luego de que este ha culminado su función en este plano.
Mundo La materialización de la idea de separación. El hijo de Dios al percibir su mente dividida y separada del Padre, soñándose desterrado del Cielo, fabrica el mundo con el poder de su mente al servicio de dicho sueño. Allí da origen al tiempo y al espacio y a todo lo que tiene que ver con el plano de las formas y la materia, a todo lo que tiene que ver con lo perecedero. Fabrica la herramienta necesaria para ver, oler, sentir, oír, percibir, fabrica el cuerpo. Dios no crea el mundo físico, el mundo de lo perecedero un mundo de “vida” y “muerte”. Nada que no hable de eternidad, tiene que ver con lo que Dios crea. En nada de ello está la fuerza creadora de un Dios que solo crea lo eterno. A través del Curso de Milagros, transformamos este mundo en el verdadero “salón de clases” donde podemos aplicar todo el perdón necesario para expiar, corregir nuestros errores y des-hacer la culpabilidad que cargamos. De la mano del Espíritu Santo, podemos transitar por este mundo en una actitud de aprendizaje continuo y como menciona el Curso agradeciendo y bendiciendo cada situación vivida conscientes que el trascender dichas situaciones representa un avance en nuestro camino al Cielo.
Negación Negar la existencia del cuerpo, negar la sensación de culpabilidad que sentimos. No es la propuesta del Curso de Milagros.
Oración Muy distinto a lo que el mundo conoce como oración. El Curso de Milagros sostiene que la única oración válida es la del perdón considerando que ante cualquier evento que veamos como adverso lo único valido es perdonarnos y veremos como dicha situación se resuelve felizmente para el objetivo de nuestra paz. Cualquier evento adverso que convoquemos a nuestra vida, dará testimonio de nuestra supuesta culpabilidad. Perdonando dicha culpabilidad, la adversidad desaparece al hacer desaparecer su causa.
Pecado La creencia en que la separación es real con todo lo que ella significa, ataque al Padre, engaño, destierro del Hijo. La creencia en un Dios “débil” que creó como producto de su amor a su Hijo pero que no pudo evitar las consecuencias del ataque de dicho Hijo a al Padre, motivo por el que debe castigarle vehementemente y con toda su fuerza. Percepción Surge ante la idea de separación. Al separarnos de nuestra Fuente, de Dios, nos alejamos del Conocimiento. Fabricamos un cuerpo y le pusimos al servicio de dicha separación. Al no estar en el Conocimiento, debimos por nuestra cuenta, creyéndonos ser el Creador y no la creación, nombrar, definir, clasificar, etiquetar, juzgar, todo por nuestra cuenta. De esta forma surge la percepción. Un Curso de Milagros nos propone pasar de una percepción errada, donde juzgamos todo por nuestra cuenta usando el cuerpo como herramienta, a una percepción correcta donde juzgamos todo a través del Espíritu Santo.
Perdón Nuestra única función en este mundo. A través de la manifestación más elevada del Amor, el perdón des-hacemos el error de percibirnos separados. Un Curso de Milagros sostiene que dar y recibir son la misma cosa, por lo tanto todo perdón que ofrecemos, al darlo, es nosotros mismos a quien lo damos. Necesitamos para contrarrestar la supuesta culpabilidad que cargamos, este perdón. La única forma que tenemos de obtener dicho perdón es otorgándolo. Todo lo que vivimos como experiencia ha sido convocado por nuestro pensamiento por lo tanto, perdonamos a los demás por aquello que nos hicimos nosotros mismos no por lo que percibimos que ellos nos hicieron. El perdón es necesario únicamente en este plano de la ilusión. Podríamos decir que es una “ilusión sana” que contrarresta otra ilusión que es la culpa. Nada ha ocurrido en realidad más que en el sueño, por lo tanto de nada tenemos que perdonarnos. Pero mientras creamos que somos culpables, el perdón será necesario.
Principio de escasez La creencia en que estamos carentes de determinadas cosas, la creencia en necesidades. El pensar que “factores externos” nos proporcionarán satisfactores a estas supuestas necesidades insatisfechas. Esto nos lleva a buscar ídolos, a buscar como dice Un Curso de Milagros, la paz y la felicidad en parajes extraños. El pensar que algo nos falta refuerza la idea de separación al creer que los demás pueden privarme de algo.
Proyección Ley fundamental de la mente. Lo que vemos dentro lo proyectamos fuera. El mundo que vemos es el reflejo de la proyección de nuestra mente. No hay nada fuera nuestro que no sea el reflejo de la idea que tenemos a cerca de quienes somos. Dicha idea se encuentra en la mente. Allí es donde a través de percibirnos culpables o inocentes, proyectamos “fuera“, un mundo que da testimonio de dicha percepción.
Regalo Los regalos de Dios son el amor, la vida, eterna, la dicha, la abundancia, la plenitud. Los del ego son la angustia, la enfermedad, el miedo, la carencia. Los regalos del ego los debemos procurar a través de nuestro constante sacrificio y esfuerzo. Los regalos de Dios se nos otorgan a través del Espíritu Santo a través dejarle actuar y guiarnos.
Relación Santa Toda relación donde vemos al otro como lo que realmente es, mi hermano. En la Relación Santa, no vemos cuerpos, relaciones biológicas, edades, clases sociales, solo vemos hermanos, semejantes, iguales. Allí en la Relación Santa, Cristo aparece, nos unimos a la mente de nuestro hermano dando testimonio de unidad y no de separación. La Relación Santa es el ámbito de los Milagros.
Relaciones Especiales Toda relación donde percibimos niveles de amor. Es imposible que el amor entienda de niveles. Hay amor o no lo hay, pero no puede haber amor con unos y no con otros, o más amor y menos amor. La relación especial entiende que el amor es privativo, exclusivo, selectivo. El amor es absoluto, ilimitado y se da imparcialmente. En la relación especial lejos de extender amor, se priva de él, se cree en la escasez y se trae el miedo y los celos a la relación. La relación especial refuerza la idea de separación no la de unión. Hay dos tipos: Las relaciones especiales de odio y las relaciones especiales de amor. En las relaciones especiales de odio se proyecta toda la culpa y se perpetúa un ataque a dicha culpabilidad. En las relaciones especiales de amor, creemos en la carencia donde personas especiales, llenarán necesidades especiales, con atributos especiales que otros no tienen.
Resurrección El despertar del sueño de muerte del ego. El cambio de mente que nos permite identificarnos con nuestro verdadero Ser.
Revelación Un instante de comunicación plena con Dios. No es el objetivo de Un Curso de Milagros.
Sacrificio La creencia central del sistema de pensamiento del ego. El ego nos enseña que todo debe costar, todo se logra con “sudor y lágrimas”. Nada más lejos de la realidad. Nada que tenga que ver con nuestro verdadero Ser requiere esfuerzo ni sacrificio alguno. Dios no desea que su hijo viva en estado de plenitud y felicidad a costa de ningún sacrificio o sufrimiento. Dios no conoce nada de esto. La idea de sacrificio, es invención del Hijo durante el sueño. La voluntad del Padre es felicidad absoluta y duradera sin sacrificios. Por recibir lo que Dios desea para nosotros no debemos pagar ningún precio.
Salvación La Expiación, el des-hacer nuestros errores. De lo único que debemos ser “salvados” es de nuestra creencia de ser culpables y es lo logramos a través del perdón.
Sanación La corrección en la mente de la creencia de estar separados de Dios. La enfermedad es una decisión que tomamos se da en la mente por lo tanto la sanación también se encuentra allí.
Separación La creencia en el pecado de que hemos atacado a Dios, de que le hemos fallado y le hemos traicionado. La creencia de que se nos ha exiliado y desterrado del cielo. La creencia de que somos un cuerpo deambulando en busca de una experiencia espiritual y no un espíritu unido eternamente a su Fuente en busca de una experiencia física.
Ser Nuestra verdadera identidad, unida eternamente a la Fuente que como producto de su inconmensurable amor le dio origen.
Sueño El estado en el cual el Hijo de Dios se percibe separado de su Padre. El nivel donde se fabricó el cuerpo, donde se dio origen a la percepción. Donde se percibe como posible que lo eterno, lo invulnerable pueda cambiar. El nivel donde el Hijo de Dios cree ser el Padre y no el Hijo, donde causa y efecto se invierten.
Tener / Ser El estado de plenitud donde al saber quienes somos, reconocemos que lo tenemos todo.
Tiempo Elemento del mundo de la ilusión fabricado en contraposición con la eternidad. Del tiempo hace uso el ego para perpetuar el pasado. Apela al pasado en todo momento para asegurarnos que el futuro será tan dramático como el pasado, salteándose el presente. El Espíritu Santo si se lo permitimos, como todo lo fabricado por el Hijo de Dios, hará uso del tiempo a favor de Dios y de la felicidad de su Hijo. Al des-hacer el error mediante el perdón se produce el milagro que es un verdadero colapso del tiempo, el tiempo parece paralizarse, todo es posible y damos paso al plano de todas las posibilidades, la eternidad.
Trinidad Dios el Padre, su Hijo Cristo, nuestra verdadera esencia, el verdadero Ser, y el Espíritu Santo, el nexo entre Padre e Hijo, el re-interprete, el vínculo eterno e indisoluble